


"El aleteo de las alas de una mariposa
se puede sentir al otro lado del mundo"
Alba Gutiérrez Martín

Flores
Te piden que te describas en un collage. Te calcas la cara de aquella foto que te gusta, dibujando tus cejas perfiladas, tus ojos almendrados, tus labios finos perfilando una sonrisilla pícara y la nariz pecosa. ¿Y tu característico pelo rizado? Ese lo dejas y lo cambias por flores. Flores. Hace pensar que puedas haber caído en el tipicazo entre las flores y la feminidad, o entre las flores y la belleza. Incluso entre la juventud, la etereidad y ellas. Qué decepción, has entrado en el juego. Harás pensar que eres un prototipo de romántica capitalista que ha crecido viendo Disney y que ha caído en la trampa. Si ellos supiesen...
Las flores son ella. La persona que te llamó reina nada más nacer, porque sabía que lo de princesa se te quedaba corto, no te hacía falta nadie para gobernar tu mundo.
La autoestima no ha sido nunca tu fuerte, pero la tuviste a ella con sus "yo sabía que lo ibas a sacar" y los "hija, tú aprende a hacer de todo, lo más bonito es saber, que no tengas nunca que depender de nadie".
Esas flores representan el mayor ejemplo de fortaleza y de lucha con el que te topaste, ella te enseñó que la clave estaba en quien te acompañaba en el camino, porque ese es el verdadero premio, vivir la vida rodeada de quienes quieres.
Cada cumpleaños te regalaba flores, porque a ella le encantaban y era experta en compartir con los demás todo lo que tenía. Así que hoy te piden que te representes y tú te coronas con flores, te coronas con sus enseñanzas, con su recuerdo y con su ejemplo a seguir. Por que las flores secas le ganan la batalla al tiempo, como ella, que ya no está, pero su esencia sigue contigo marcándote el rumbo en cada paso que das.
Diciembre 2020